Juan Esteban Peláez

POEMAS

PLEGARIA A ARADIA

Rebosante de una infancia ardiente
llenas de bondad mi corazón deformado
lanzando lejos los terribles estertores
de las bestias que abordan mi alma,
al tiempo que conquistas el abismo
que se abre profundo en mi pecho,
lleno de horror y remordimiento
y plagado de sucios encantos.

Tú, amada, limpias todo mi ser,
un ser terrible bajo una luna ondulante.
Iluminas esas sombras profundas
y espantas esos cortejos de clamores infernales.

Tiembla ahogada la tristeza de mi alma
cuando con tu dulce caricia mi espíritu calmas.
Desfila inofensiva en firmes camposantos
parte de mi angustia, exiliada por tu alegría.

¡No me quites, por lo que más quieras, tu compañía!
Mi humanidad no aguantaría tu fría ausencia.
Necesito que quites los clavos y abras la celda
en donde mi cuerpo esquelético se revuelca.

Sé que odias la nube y amas el perfume,
que adivinas y habla con el viento,
que te burlas arrogante de lo ridículo
y que, misteriosa, aplastas el hastío.

También sé que llamas a los espíritus,
y domas con mano suave las bestias.
Por todo esto, todo esto que amo, te pido
que no me prives de tu corazón tierno.

A ti, Aradia, vida mía, adoro,
sin ti, vida mía, me extingo,
de ti, vida mía, dependo
y por ti, vida mía, me muero.




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