Juan Esteban Peláez

POEMAS

EL PODER DE LA MENTE

De vez en cuando se debe encadenar a la mente,
pues puede volverse un enemigo terrible,
igual que la Muerte que suplica por una vela
o un dolor amplio como onda sublime.

Los pensamientos se vuelven afilados
como una espada que no se ablanda,
y asfixia el débil cuerpo con espasmos
como ahogado en su sangre coagulada.

Contempla el negro futuro como espejo
de frutos verdes, podridos y amargos,
distorsionando la realidad de la vida
con una ansiedad de ojos cerrados.

¡No dejes que la mente se convierta
en una bestia repleta de miedos!
Respira hondo y empotra la cabeza
entre unos hombros firmes y pétreos.

¡No pienses mil veces en dar el paso!
Apaga el Diablo con potente decisión.
Que la mente retire los dedos lánguidos
que llenan las metas de confusión.




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