POEMAS
La bella se condena bajo su ardor
vigilada por ese cielo oscuro,
inundada por el horror de la noche
rebosante de recuerdos borrosos.
Y bajo una aurora titánica,
y derrumbada entre almohadas,
escucha llorar su alma en sus entrañas
arrepentida de sus ásperos actos.
Y a su lado yace un extraño apestoso
que (ella sabe) recorrió con manos callosas
cada punta de su osamenta inmunda.
-«El autoestima de nuevo abajo»-
piensa ella con infinita desdicha
al tiempo que recoge su dignidad a trozos.